Quizá la característica principal de Beethoven tiene que ver con su singular carácter agresivo y lleno de violencia, mucha de su obra refleja claramente esta particularidad, sus fortes que reclaman algo y muestran virilidad, sus desbordes de volumen y tempo, y cuando es más bien pianíssimo, lo hace dolido y triste, casi taciturno o inmerso en soledad. Sus sinfonías harto briosas y líricas muestran pasión y gallardía. Pero la naturaleza más íntima de Beethoven le descubre su parte más espiritual cuando compone la novena sinfonía, le desnuda y le exhibe como un humano capaz de sensibilidades extraordinarias y libertades sublimes. Entonces Beethoven nos entrega una máxima de la música, utiliza gran orquesta, coro y voces principales, los medios tradicionales ya no le alcanzan para decir todo lo que tiene en el pecho. Ludwig van Beethoven, el viejo atormentado y sordo toca las puertas del tiempo eterno y éstas parecen abrirse. Ludwig van Beethoven nos regala un pedazo de cielo y se retira silente, y por dios que desde entonces, nada vuelve a ser lo mismo.
I.- Allegro ma non troppo, un poco maestoso (Parte 1)
I.- Allegro ma non troppo, un poco maestoso (Parte 2)
II.- Scherzo
III.- Adagio (Parte 1)
III.- Adagio (Parte 2)
IV.- Presto-Allegro ma non troppo (Parte1)
IV.- Presto-Allegro ma non troppo (Parte 2)
IV.- Presto-Allegro ma non troppo (Parte 3)
3 comentarios:
Thank you!
muy buen blog!!!
Tienes razón en lo que dices, como habrá sido el mundo anterior a la Novena Sinfonía, es evidente que cambió para siempre el curso de la historia con el máximo regalo de Beethoven para la humanidad. Gracias por subirlo
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